ANTONI TOLMOS
Su nombre es Antoni Tolmos y ha conseguido hacer de su vida el lugar idóneo para su vocación. Si alguien que no le conoce le pregunta quién es y sólo necesita una palabra, le responde: músico. Si aún no se ha ido y sigue escuchándole, le explica que la música es su excusa perfecta para explicar cómo se siente, cuando es compositor, qué es la música, cuando es profesor, para qué sirve la música, cuando es conferenciante, cómo suena cuando es intérprete o cómo pasar de la idea al producto cuando es mentor artístico. Y puede resumirlo nuevamente definiéndose como: Apasionado por comunicar.
Desde sus primeros pasos en el conservatorio de Lleida, Antoni Tolmos ha estado inmerso en el mundo de la música. Con apenas ocho años, comenzó a estudiar piano, lenguaje musical y armonía, sentando las bases de lo que sería una carrera extraordinaria.
En sus veinte años, se sumergió aún más en su pasión, obteniendo dos grados superiores de música en Barcelona. Pero su sed de conocimiento no se detuvo ahí. Fruto de su incansable dedicación, se doctoró en filosofía y ciencias de la educación, explorando la creatividad musical a un nivel más profundo.
Pero la verdadera grandeza de Antoni no reside solo en sus logros académicos. Su trayectoria es un testimonio vivo de su compromiso con el arte y la excelencia. Ha recorrido el mundo, deleitando audiencias con sus conciertos y conferencias, publicando quince trabajos discográficos, componiendo música para obras de teatro y compartiendo su sabiduría como profesor en universidades de renombre.
Pero lo más hermoso de todo es que, en medio de su carrera brillante, ha encontrado el equilibrio perfecto entre su vida profesional y su familia. Para Antoni, su familia es su mayor inspiración y su razón de ser, recordándole constantemente el verdadero significado de su arte y su vida.
Su historia es un recordatorio conmovedor de que con pasión, perseverancia y amor, podemos alcanzar grandes alturas y dejar una marca indeleble en el mundo.
Hacerlo con pasión es el secreto para no sentir dolor en el esfuerzo, consumir todas las horas del día sin mirar el reloj, ser resiliente ante los obstáculos y dedicar cada día a aprender nuevas cosas.
Leer a sir. Ken Robinson le enseñó a saber cuál era su elemento y que es aquello para lo que es hábil, le apasiona y además lo ha convertido en su oficio. Añadirle su propósito era el parámetro necesario para ser una persona con Ikigai y así conocer su misión de vida. ¿Para qué estoy haciendo todo esto?
Alguno de los proyectos de los que más orgulloso se siente son haber creado una orquesta integrada con personas de diversas capacidades (cuando muchos le dijeron que no sería posible). Ser creador y presentador de un programa de televisión en donde conversaba en un piano de cola con personas a través de las canciones importantes en su vida. Crear un proyecto de canciones de Navidad para niñas y niños que cuenta con millones de reproducciones. Dirigir en tres ocasiones una banda de rock de más de mil músicos tocando a la vez en un campo de fútbol como tributo a Bruce Springsteen. Y por último, y no menos relevante, formar como profesor y doctor universitario a jóvenes en lo que debe ser un buen maestro, algo que se ha convertido en un espacio de aprendizaje (para él) de lo más intenso, generando la misma adrenalina que cuando está en un auditorio ante centenares de personas.
En este año 2024 celebra la salida de su quinceavo trabajo discográfico para piano titulado “Piano Interior”. Ha estrenado un espectáculo para dos pianos de cola junto al pianista Josep M. Porté y ha publicado su segundo libro “Tu mejor escenario» Doce claves para actuar en público y en la vida”, porque si algo ha aprendido de su trayectoria es que estas doce claves se pueden resumir en dos únicas palabras: Pasión y formación.
No hay que olvidar nunca que todas estas cosas bonitas que tanto agradece a la vida las hace con sus días buenos, días malos, obstáculos, cansancio, miedos, errores y sacando de cada momento el mejor aprendizaje.
De pequeño le preguntaron a qué se quería dedicar cuando se hiciera mayor. Ahora toca hacerlo.
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@antonitolmos