Hoy, a pocos días de la Navidad, quiero compartir con vosotros una historia especial. Y como todas las historias que merecen ser contadas, debe empezar de la mejor manera: Érase una vez…
Érase una vez un hombre llamado Andrés, con el corazón cargado de recuerdos y una mirada que buscaba algo más que el horizonte. Andrés había pasado años lejos del pequeño pueblo donde creció, persiguiendo metas que, aunque le llenaron las manos, dejaron vacíos rincones profundos de su alma.
Una tarde fría diciembre, mientras las luces navideñas iluminaban las calles de la ciudad, algo en él despertó. Fue un eco suave, una llamada antigua que le habló del olor a leña quemada, del canto del viento entre los viñedos y cerezos y del cálido abrazo de la magia que una vez conoció. Andrés supo en aquel mismo instante que debía volver.
El camino de regreso estaba teñido por los colores de su infancia: el rojo y dorado del atardecer, el verde de los campos, y la blanca nieve que parecía guiarle. Al llegar, el silencio de esa tierra le recibió como un viejo amigo. Allí, en el claro de siempre, Andrés se reencontró con la magia de la Navidad. No eran los adornos ni los regalos, sino algo más profundo: la sensación de hogar, el calor de los recuerdos, el sentarse en la hierba en medio de la naturaleza con su fiel perro pastor de caza “Calcetines” , el sentir la presencia de su abuela con el aroma a caldo de pollo, el crujir de la leña en aquella casona de campo que fue su refugio y el mensaje que su abuela siempre le decía cuando era niño: “La Navidad vive en los pequeños milagros que llevamos en el corazón”.
Acostado, entre la naturaleza que nunca dejó de esperarlo, Andrés comprendió que el verdadero regalo de la Navidad era recordar quién eres y de dónde vienes. Y al mirar al cielo, con una lágrima de gratitud y una sonrisa serena, susurró: “Gracias, abuela”.
Así, Andrés encontró lo que tantos buscamos en estas fechas: el camino de vuelta, no sólo al lugar donde comenzó todo, sino al rincón más cálido de su alma. Y esa, queridos amigos, es la magia de la Navidad.
